miércoles, abril 07, 2021

VIEJOS Y ABANDONADOS

 Descuidar nuestros viejos es quedarnos sin pasado, pero también sin futuro

¿Qué textura moral nos muestra un país en el que militantes veinteañeros (o ni siquiera) inventan cualquier excusa para vacunarse ellos primero? Parecen conductas de una sociedad que ha extraviado sus valores y que, con banal indiferencia, les suelta la mano a sus abuelos y sus padres.

Cuando a un año del advenimiento de la pandemia de Covid-19 en nuestro país:

·       Solo 11% de los mayores de 60 accedió a la vacuna,

·       La doble dosis la recibieron 500.000 personas, y solo 3.000 fueron adultos mayores,

·       Cuando hay 150.000 pacientes adultos, totalmente frágiles, internados en geriátricos. 

Más aún, el 49% de los 5.723.352 jubilados y pensionados -2,8 millones- cobran el haber mínimo, que se incrementó en Marzo el 8%, mientras la inflación acumulada en el último trimestre del 2020 fue de 11,%  Por lo cual el retraso mensual ha llegado al 40%. Medido contra el costo de la canasta básica familiar, esta sería el doble de lo que cobra un jubilado.

Y desde el poder hablan de solidaridad, de un Estado presente, de cuidar la salud por encima de cualquier otra cosa,

Detrás de esa retórica sin contenido vemos que la vacuna no llega a los geriátricos y sí a “los pibes para la liberación” (la Cámpora).

Esta exhibición de insolencia la hacen jóvenes que se  dicen “comprometidos” y que repiten, con toda soltura, que “la patria es el otro”.. si … “La patria es el otro… salvo que el otro se interponga en mi camino”.

¿Qué valores han incorporado esos jóvenes que, bajo la coartada de la militancia, acaparan salvavidas en medio del naufragio?. Muchos siguen siendo funcionarios y no quisieron pensar que estaban firmando la condena de muerte para un adulto mayor cada vez que se vacunaron.

La que parece amputada es la noción misma de solidaridad. Hay un tácito mandato generacional que indica que el más fuerte debe cuidar al más débil. Ese imperativo ético es el que está resquebrajado.

En su momento, y pese a que el ejecutivo porteño retrocedió en la medida, obligaba a los adultos mayores de 70 a contar con un permiso especial para salir a pasear al perro o ir de compras. Ese primer anuncio "fue de muy mal gusto, de muy mal tino. El adulto mayor es el que no viola la cuarentena” enfatizaba” Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad, al tiempo que cuestionaba a las autoridades por no priorizar la salud de los más grandes.

Bajo su perspectiva, las autoridades políticas “no han escuchado la realidad. La pauta más clara de esto es que muchos jóvenes que hoy siguen siendo funcionarios públicos de altísimo rango que, luego que recibieran ellos y su grupo la inmunidad destinada a un adulto mayor, que está en terapia intensiva o que falleció y lo llora su familia, no recibieran un fuerte reprimenda, aseveró.

Los viejos no somos suicidas, no queremos morir en silencio, es más, no queremos morir

“No somos un sector distinto de la sociedad. Más allá de que nuestra sociedad es gerontofóbica, con un gran miedo al envejecimiento. Lo que se ha generado desde el poder es un apartheid etario

 

PERO ESTA TODO PLANEADO, QUIEREN POSTERGAR LAS ELECCIONES NO LES IMPORTA QUE SE ENFERMEN ó MUERAN,  PORQUE SABEN QUE LOS “VIEJOS” NO LOS VAMOS A VOTAR

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