"Del populismo hegemónico del siglo XXI al
republicanismo popular"
“El populismo es a la democracia como la prostitución al amor…
La política es diálogo, consenso y
acuerdos.” Raúl Alfonsín.
“Así como el populismo provino en una época de La Rioja, luego desde Santa
Cruz ¿puede que el futuro nos depare alguna otra provincia desde donde se
repita la misma saga populista? De igual modo, así como el populismo corrompió
a numerosos empresarios, ¿puede que mañana nuevos populismos corrompan a nuevos
empresarios? ¿Qué podemos hacer para alcanzar una república sin populismo y
evitar la reiteración de esta patología contagiosa?” (1)
Jesús Rodríguez (2) describe el actual proceso “como
el paso del populismo hegemónico del siglo XXI al republicanismo popular".
Los regímenes populistas argentinos han compartido rasgos comunes: centralización del poder, demagogia, debilitamiento de los sistemas de controles y contrapesos, desprecio hacia toda oposición política, uso partidario del aparato estatal y rechazo a la búsqueda de coincidencias, con más la tentación por el mesianismo, la hegemonía y la disolución soterrada de las instituciones… En contra de las necesidades de una sociedad plural y diversa como la nuestra.
Los peronistas tienen eso de Patria, movimiento y hombres, y un radical debiera pensar así: primero la democracia, después los partidos, después los sectores y matices internos y después los hombres. Ideales de democracia, solidaridad, igualdad y libertad de toda la vida de la UCR, actualizados con las ideas del siglo XXI.
Los regímenes populistas argentinos han compartido rasgos comunes: centralización del poder, demagogia, debilitamiento de los sistemas de controles y contrapesos, desprecio hacia toda oposición política, uso partidario del aparato estatal y rechazo a la búsqueda de coincidencias, con más la tentación por el mesianismo, la hegemonía y la disolución soterrada de las instituciones… En contra de las necesidades de una sociedad plural y diversa como la nuestra.
Los peronistas tienen eso de Patria, movimiento y hombres, y un radical debiera pensar así: primero la democracia, después los partidos, después los sectores y matices internos y después los hombres. Ideales de democracia, solidaridad, igualdad y libertad de toda la vida de la UCR, actualizados con las ideas del siglo XXI.
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