Estaremos por conocer el algoritmo político por el cual dos positrones que se repelen, son capaces de juntarse por efecto de una votación?
¿ Hasta cuando pueden aguantarse mutuamente esta antinatural sumatoria de la naturaleza política argentina (Cristina y Alberto). ?
Desaparecerán ante la antimaterialidad de esta existencia?
La pregunta
que atemoriza a inversores y contribuye a profundizar la recesión y la salida
de capitales, es si la crisis económica y social que inexorablemente le espera
a la Argentina en los próximos meses -con default o sin default- terminará volcando finalmente todo el gobierno
de Alberto Fernández a las opciones más radicalizadas que representa Cristina Elizabeth Fernández viuda de Kirchner , La Cámpora y los "científicos" del Instituto Patria.
El crecimiento del poder
territorial y económico de los espacios de la expresidenta en el Gobierno han sido evidentes, y todo
indica que continuará batallando en ese camino.
Bastantes señales han
aparecido en las últimas semanas en ese sentido, no solo en la agenda política,
también la judicial, desde la liberación de presos hasta sugerir retoques en la
Corte Suprema.
Ya no hay loteo horizontal
del Gabinete en los organismos clave que controla la expresidenta: ANSES o PAMI, por caso. El Banco Central, Cancillería, la Comisión de
Valores, Acción Social o Justicia son dependencias todavía no conquistadas del
todo.
La cuestión es si la
profunda crisis que sobrevendrá en la Argentina no terminará determinando que la nueva normalidad de Alberto
Fernández sea finalmente la obra inconclusa de Cristina, aquello que la vicepresidenta anunció como el "nuevo
contrato social" que viene a proponer. Más Estado, más impuestos, regular ganancias y
modos de producción, dar batalla a los bancos y el capitalismo financiero,
redistribuir ingresos desde el Estado y demás ideas son las que comparte la
nueva generación que busca el poder.