La presencia del Reino Unido
"En las Islas Malvinas se otorgan licencias a buques españoles, coreanos, taiwaneses y de otros países, que hacen pesca ilegal, están subsidiados, y no reportan a nadie. No se controlan sus capturas ni el tipo de redes, ni su trama, no se conocen lo que pescan, ni los descartes que hacen en alta mar”.
Y esto está sucediendo con la anuencia inglesa, en el mar epicontinental argentino desde hace años.
Los albatros y las gaviotas se han multiplicado de tal forma en esa
geografía nacional que algunos biólogos del CENPAT (Centro de Estudios del
Medio Ambiente Patagónico), están estudiando de dónde proviene semejante
cantidad de ejemplares alados, en desmedro de sus antiguos ocupantes, los pingüinos.
Resulta que tanto los albatros como las gaviotas encuentran flotando en
exceso su comida, cientos de toneladas de peces muertos muy cerca de la
costa... ¿Es la contaminación? … ¿Es un
fenómeno natural? No, es simplemente corrupción.
El Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación tuvo la desastrosa idea de retirar los inspectores que iban a bordo de los pesqueros y los fresqueros que buscan langostinos, cambiándolos por meros "observadores", con casi nulo poder de policía.
Este hecho coincidió casualmente (o no tanto) con otras dos situaciones desgraciadas:
1. La Comunidad Económica Europea
expulsó
de sus mares a los buques congeladores que eran altamente depredadores. Ante la imposibilidad de trabajar en el viejo
continente, las grandes empresas españolas emigraron hacia Argentina, donde la
depredación es una palabra desconocida, casi sin uso.
2. Las autoridades provinciales
de Santa Cruz y Chubut (el gobernador Das Neves, fue uno de los que
permitió esta depredación) completaron el círculo permitiendo a las naves factorías foráneas a tirar aquel pescado que no
les conviniera. (Sí, a tirar por la borda!!).
Desde entonces, los buques que buscan langostinos sólo se interesan por esta especie. Por ello, arrojan al mar la merluza, el cazón, el abadejo, las rayas y hasta el salmón, que caen en sus redes. Como la merluza es un predador del langostino, ejemplares de muchísimo kilaje quedan atrapados, son llevados a la cubierta y luego arrojados al mar.
- ¿Sabe cuántas toneladas de merluza tira al mar cada uno de estos barcos de 40 o 50 metros de eslora? 10 toneladas diarias; 10.000 kilos. 10 toneladas por día, sólo de merluza (no estamos contando centolla, ni abadejo, ni cazón, ni salmón, ni nada de eso).
Multiplíquelo por la cantidad de barcos "langostineros", nunca menos de cien, que tiran diez mil kilos de merluza, son un millón de kilos de pescado arrojados al mar cada vez que sale el sol.
- ¿Sabe cuántos argentinos podrían comer gratis cada día? Un millón de compatriotas, que dejarían de tener hambre.
¿Hace falta detallar las virtudes que les traería a nuestros chicos, alimentar sus cerebros con fósforo de nuestros mejores ejemplares marinos?
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